viernes, 10 de diciembre de 2004

Sobre los blogs

Algo se mueve en Internet. Ya hace tiempo, pero está tomando fuerza. Los Blogs (contracción de Weblog), o de una forma más correcta en nuestro idioma, las bitácoras, empiezan a tomar importancia en muchos aspectos. Internet nos ha dado muchas cosas, y será la base de muchas más, pero lo principal que nos aporta es la posibilidad de colaborar, y de publicar cualquier tipo de información que nos pase por la cabeza. Nos da la libertad de comentar una noticia, y de compartir nuestros comentarios y conocimientos (casi) sin límites.


Algunos utilizamos este sistema únicamente para descargar sensaciones, o para expresar de forma medianamente ordenada ideas que de otro modo quizás dejamos atrás. Mis amigos saben que adoro conversar. Me encanta, como decían el otro día en un programa nocturno, "empezar a hablar, y así, poco a poco, conversar; seguro que al final surge algo interesante". Pero el mundo en el que nos movemos (me muevo) en estos días no permite mucho tiempo para esto. Los exámenes, las responsabilidades, nos limitan. Para solucionar esto sirven, por ejemplo, las bitácoras. Una reflexión en un momento cualquiera del día la puedo publicar aquí, y dentro de unas horas, unos días o unas semanas, tú lo leerás. Y quizás te pique la curiosidad sobre el tema que trato, o puede que estés de acuerdo con lo que comento. O incluso, con un poco de suerte, discrepas, y sientes la imperiosa necesidad de decírmelo, y decirlo de ese modo a todos (los pocos) que visitan este trocito de Internet.


Hay otras utilidades especialmente interesantes de estos "Diarios en la Web". Un caso conocido fue el de un iraquí que iba informando día a día acerca de sus vivencias durante el "Ataque preventivo" que realizó EUA. Incluso se empiezan a plantear iniciativas que intentan cambiar algunas cosas que damos por hechas. Pongo un ejemplo. Estamos acostumbrados a que los informativos, los periodistas, sean quienes nos den una visión objetiva de las cosas. Por definición no pueden ser objetivos, con lo que nos movemos en una estrecha línea en la que nos autoengañamos pensando que tenemos información totalmente veraz. Quizás la solución a esto sea tener informaciones subjetivas. Muchas. Las suficientes para poder formarnos nuestra propia opinión subjetiva.


Es importante saber que se han producido ataques, a una determinada hora, en un determinado lugar, usando unos determinados aviones. Pero quizás es aún más interesante saber cómo afectó eso a uno de los habitantes de ese determinado lugar a esa determinada hora. Las bitácoras permiten eso. En vez de tener una verdad "universal", podemos tener un "universo" de verdades. Tantas como personas.


Cada vez somos más los que usamos esto. Me da una alegría cada vez que en mi agregador sale un post de un amigo cercano. Echo en falta un poco más de actividad en los comentarios, pero sé que el tiempo es escaso en estos días.


Qué opinas? Empezamos a hablar, y así a lo mejor conversamos? Seguro que al final surge algo interesante.

jueves, 9 de diciembre de 2004

Noches de estudio.

Hace algún tiempo leí en la revista "Muy Interesante" que hay dos tipos de personas según el birritmo que tienen. Usaba para ello dos ejemplos de aves. El primero es el "Tipo Alondra", que se corresponde con personas madrugadoras, cuya ciclotimia está centrada en las primeras horas de la mañana. El otro tipo es el "Tipo Buho". Estas personas tienen su momento de máximo rendimiento a altas horas de la noche.

Yo me identifico claramente con el segundo tipo. En mi poinión, las mejores horas del día empiezan a partir de las doce de la noche. El silencio, el fresquito, los mejores programas de radio (sin desmerecer a algunos muy buenos de la mañana y la tarde), las películas más interesantes, los anuncios más asombrosos, y sobre todas las cosas la tranquilidad y la lentitud del paso de las horas, sin nada más que hacer que lo que tengas que hacer en ese momento. Nada de estar preocupado por hacer la comida, o porque empiezan las noticias o alguna serie que te gusta, o porque te interrumpa una llamada (tengo que escribir algo acerca de la esclavitud que nos impone el móvil).

El summum de esto son los momento que uno comparte con los compañeros en una biblioteca, o en una sala de estudio. O evidentemente, las salidas, la cervecita típica de "una más y nos vamos".

Sé que el mundo no está pensado para nosotros, aves nocturnas, y que si te despistas puedes acabar con un modo de vida más propio de un vampiro que de una persona "normal", pero recomiendo a todo el que pueda, sentarse con un buen café, o un cacao si prefieres algo más suave, a escuchar programas como "La Rosa de los Vientos" en Onda Cero, o "Si Amanece nos Vamos" en la Cadena Ser. O mejor, combinar esto con un buen libro. O si no estás con ganas de ello, simplemente zapear un poco. Te asombrarás de la cantidad de películas de calidad (en su mayoría antiguas) que ponen a partir de las dos de la mañana.

Como ven el post de hoy me salió un poco disperso, pero supongo que ese es mi estado de ánimo en estos momentos, un tanto melancólico, un poco preocupado por los exámenes, asumiendo la nueva configuración de mi vida, y con una desasosegante sensación de distancia con respecto a muchas cosas. Sobre todo, tranquilo, melancólico, relajado. Sobre todas las cosas, nocturno. Como los buhos. Como esas noches de estudio que algún día echaré de menos.

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