jueves, 29 de marzo de 2007

Martín Fierro -- La vuelta

Brotan quejas de mi pecho,
brota un lamento sentido;
y es tanto lo que he sufrido
y males de tal tamaño
que reto a todos los años
a que traigan el olvido.


La vuelta de Martín Fierro

Impresionante



Para los que crean que lo han visto todo en interfaces, nos podemos asomar a lo que se avecina.

Saludos de jueves con sabor adelantado a semana santa...

viernes, 23 de marzo de 2007

Fin de semana / Recuperación

Parece que los 4 gramos diarios de amoxicilina van haciendo sus efectos, pero vamos poco a poco. De momento haré hoy mi primera salida de casa en muuuuuchos días, para ver el estreno de "300". Espero que cumpla las espectativas.

Por lo demás, parece que al menos a nivel deportivo podré estar entretenido, con el derby canario que se juega mañana. También el partido de la selección contra Dinamarca me dará un par de horas de entretenimiento.

Y todo esperando a la semana que viene, en la que el Barça-Depor promete un partido interesante. Y algo después, las semifinales de la Copa, en las que un Sevilla en buen momento promete ponerle las cosas muy difíciles al Depor.

Saludos griposos ya no tan febriles con sabor a naranjas, a metal y a punzadas de ansias de estar mejor...

jueves, 22 de marzo de 2007

Vaya semanita

Terrible semanita, para ser más exactos. El martes me desperté con una fiebre altísima y un malestar de esos de los que parece que no te vayas a recuperar nunca más. No bajé de 39 en dos días y, exceptuando la visita al médico, puedo decir que no salí de la cama en 48 horas. Hoy no es que esté bien, pero por comparación, casi me siento en condiciones de hacer algo más que arrastrarme de un lado a otro de la cama pasando del frío intenso al calor más horrible. Como en alguna clase de tortura china.

Para que no todo sean quejas, aquí les dejo una dirección muy buena que me pasó mi tío:

Cielos del Teide.

Espero que la disfruten tanto como yo.

Saludos de jueves con sabor febril a semana perdida...

miércoles, 14 de marzo de 2007

miércoles, 7 de marzo de 2007

Gimnasio

Vuelvo a las andadas. Aunque esta vez parece que con más ganas y más convencido. La vida sedentaria no puede ser sana, y practicar un deporte de equipo se me hace un poco complicado, por incompatibilidad de horarios y por falta de forma, así que después de mucho tiempo, vuelvo a estar inscrito en un gimnasio.

Lo cierto es que no soy muy amante de esta forma de hacer ejercicio, un tanto aburrida, soy más partidario de practicar deportes de equipo, en los que la actividad física tiene más finalidades que el ejercicio por el ejercicio, que me parece un poco "onanista". Pero a falta de otra opción más cómoda, no está mal. Lo malo, que esta semana me duelen músculos y articulaciones de los que desconocía su existencia, o que al menos había olvidado hace tiempo. Lo bueno, que por una vez parece que me gusta.

Ahora será cuestión de tener paciencia y aguantar, que lo más difícil en estos casos es el primer mes. También he de reconocer que el controlar un poco más mis comidas desde hace unos meses (no lo llamaría dieta porque no sigo ningún esquema, simplemente intento no comer tan mal como antes, aunque me lo salto a la torera en cualquier momento) me ha permitido perder ni más ni menos que diez kilos. Sigo un poco lejos de lo que espero alcanzar, pero los cambios son visibles.

Vida ordenada por fin, después de una etapa un tanto desorganizada que me tenía atrapado en sus redes.

Saludos de miércoles con sabor a proteínas, a minerales y a protocolos de alto nivel...

Desayuno con diamantes



Hay películas que gustan porque son buenas. Porque tienen un fantástico director, o un gran guión, o una fotografía perfecta. Otras gustan por su reparto, o porque tocan tu fibra sensible, o porque te recuerdan algo, te retraen a un momento de tu vida importante o te devuelven a alguien con quien la viste.

Esas son películas que uno puede explicar por qué le gustan. Puedes incluso entablar una interesante conversación sobre algún aspecto de la misma, o descubrir detalles que no habías descubierto.

Pero hay películas que no sabes explicar. La historia de "Desayuno con diamantes" no me siento capaz de clasificarla como uno de los mejores guiones de la historio (hay grandes cambios con respecto al original de Truman Capote, que en realidad no es más que un relato, no una novela), hay actores francamente obviables, como Rooney, cuyo personaje no aporta nada a la historia, y no puedo engañarles diciendo que me retrae a algún momento de mi vida anterior. Es de hecho, en ocasiones, un poco sensiblera. Pero lo cierto es que me gusta. Es una de esas películas que puedo ver una y otra vez y me alegran el día.

Por eso quiero compartir esta canción. Y esta vez con comentario, y sin letra. Por variar un poco. Y porque me apetece. Que como dice Pablo, "el blog es mío y me lo follo cuando quiero". ;D

Y si quieren recomendaciones de películas que sí cumplen todos los preceptos que dije antes, ahí van unas cuantas:

- Rebeca
- Luces de ciudad
- Kamchatka
- Ciudad de Dios
- La vida de David Gale
- La flaqueza del bolchevique

Saludos de miércoles con sabor a agujetas y a hilos hilvanados...

martes, 6 de marzo de 2007

Lápiz Tinta -- El último de la fila



Tela, cinta,
otra vez a empezar.
Lápiz, tinta,
y al paisaje a robar.
Y al placer de reencontrar
el limbo de un tiempo que se nos va.
Libro, nube,
ese es mi descanso.
Árbol, fuente,
cada vez que despierto.
Ser durmiente.
En la espuma de un antojo camuflarse.
Para completa inocencia,
en las calderas del sueño divagar.
Que los días se van,
río son.
Ahora quiero sentir,
caminar.
Ahora quiero pintar,
percibir
el color de esa flor
que se marchitará.
Pinto, verdes
parajes de belleza desolada,
vivo lo efímero y su valor.
Bebo, apuro
desperdicios de mi vida,
me recojo en la templanza
de la tregua que me da
la anestesia del recuerdo.
Que los días se van,
río son;
ahora quiero sentir,
caminar;
ahora quiero pintar,
percibir
el verano fugaz
que ya se nos va.
Lápiz, tinta
y al placer de reencontrar.

lunes, 5 de marzo de 2007

Obras (y II)

Siguen las obras, y con ellas las incomodidades. Cada mañana cierran la entrada de la calle en la que suelo aparcar. Esto no debería ser un problema, ya que cierran la entrada, no la salida, de modo que salir debería ser bastante sencillo. El problema en realidad es que los obreros utilizan la calle cerrada para aparcar en la misma, no junto a la acera como todo hijo de vecino, sino en todo el centro de la calle, bloqueando a todos los que queremos salir. Nada que no se solucione con unos minutos de pitar hasta que alguno te hace caso y avisa al compañero, pero te hace perder unos minutos preciosos.

Pero, claro, quién les dice nada.

Eso unido a una capa de tierra (ya no puedo denominarlo polvo) de aproximadamente un dedo de grosor, que debe estar haciendo que el coche consuma unos litros más de gasolina de lo normal. Pero quién limpia con la escabechina que le están haciendo al suelo. Si parece que tenga un estanque en la esquina. Seguro que en breve traen los patos y todo.

En otro orden de cosas, en breve se marcha a trabajar a Madrid un buen amigo, hasta donde sé asiduo lector del blog, aunque no haya comentado nunca. Aprovecho estas líneas para felicitarle por su nuevo paso profesional. Y aprovecho también para dejar por escrito la amenaza de visitarlo lo antes posible. Tiembla Madrid! Los que van a morir te saludan...

Saludos de lunes con saber a leche y leche, y a periódico manoseado...

Slowly -- Luis Eduardo Aute



Por mas que me encuentre un tesoro en las fuentes del Nilo,
quiero bailar slowly tonigth.

Y aunque seas la Monalisa o la Venus de Milo,
quiero bailar slowly tonigth.

Por mas que yo sea una bestia y tu seas tan bella,
quiero bailar slowly tonigth, my love.

Ya puede caernos encima un diluvio de estrellas,
quiero bailar slow with you como aquel time,
goes by so slowly, i hunger for you shalala
slowly, slowly

Por mas que nos pille el estúpido de tu marido,
quiero bailar slowly tonigth, tonigth
y aunque enamorarme de ti me lo tengas prohibido
quiero bailar slowly tonigth, my love

Por mas que no pueda comprarte un collar de diamantes
quiero bailar slowly tonigth, sweetheart
y aunque nunca llegue a ser Harrison Ford como amante
quiero bailar slowly with you como aquel,
at the end of the rainbow you'll find a pot of gold
oh oh shalala slowly, slowly

Por mas que aparezca la grua y se lleve mi coche
quiero bailar un slow with you tonight
por mi que reviente el planeta en confeti esta noche
quiero bailar un slow with you tonigth.

Y como parece que el corto verano se acaba
quiero bailar slowly tonigth.
seamos al fin Salomón y la reina de Sabah
i want to dance slow with you como aquel dream, dream
shalalala slowly

I know you want to do it so slowly, so slowly
oh baby baby be mine tonitgh
so slowly so slowly
oh baby baby let's hold us tight
so slowly so slowly
i know you want to do it so slowly, so slowly

Sin nada que escribir

Hay días en los que me animo y escribo sin parar en el blog, tanto, que me tengo que limitar. Esos días lleno de borradores la lista de espera, que intento ir dosificando poco a poco. Sucede que a veces esas explosiones creativas quedan guardadas durante mucho tiempo, bien porque no creo que reúnan la calidad suficiente, y los voy cambiando hasta que ven la luz, o porque el estado de ánimo del momento no es el mismo que cuando lo escribí, con lo que espero a que lleguen tiempos más adecuados.

Otros días, como hoy, siento ganas de escribir algo, pero no sé me ocurre qué, y no me gustaría caer en la descripción pormenorizada del fin de semana. Y reflexiono.

Eso sí, no me despido sin compartir un post de Pablo Moreno Galbis, que resume bastante bien lo que explicaba a unos amigos bastante indignados el viernes junto a unas cuantas cervezas. Y es que si creemos en el Estado de Derecho y en las normas, lo mínimo que podemos hacer es cumplirlas. Lo de indignarse no está de más, pero cumpliendo las leyes.

Saludos de domingo con sabor a rebajas de enero, a penas con pan, a incompatibilidad de caracteres...

viernes, 2 de marzo de 2007

Google

Una de las mejores cosas que nos ofrece Google es la integración de sus diferentes servicios. Por poner un ejemplo, este artículo que lees ahora lo he escrito en Google Docs, y lo estoy publicando en Blogger. Pero no sólo eso, la finalidad (por lo que parece) es encargarse de gestionar todos nuestros datos. Desde nuestras fotos con Picasa, hasta nuestro correo electrónico con Gmail, pasando por nuestras subscripciones con Google Reader, y todo ello integrado en una página de inicio personalizada. No sólo se queda ahí, también nos permite mantener nuestra agenda con Google Calendar, e incluso gestionar nuestros marcadores o contactos. Desde luego, el tan cacareado futuro sistema operativo por web (o WebOS, que en español es mucho más simpático) está casi terminado con Google.

La pregunta, probablemente, es si es bueno que una sola empresa tenga tanta información sensible sobre nosotros. Lo cierto es que Google ha conseguido algo que pocos logran, y es tener la confianza casi ciega de sus usuarios. Y somos muchos los que no paramos de añadir información personal a sus servidores.

Saludos de jueves con sabor a piezas que se ensamblan...

P.D.: También yo te echo de menos...

Búsqueda en Google

Google