Hechos
Me deshago de a poco, descomponiendo pacientemente cada una de mis partes. Prefiero empezar por los extremos, la punta de los dedos. Progresivamente, con paciencia, derrito cada falange, evaporando su esencia, dejando que se disuelvan en el aire, hechas efluvio. Con el ritmo marcado dejo que se consuman los brazos y las piernas. En un último esfuerzo dejo que se sublimen pelvis, abdomen y pecho.
Me deshago de a poco, concentrándome calmadamente en el proceso. Disfrutando.
Y luego apareces, como siempre, con una sonrisa y un beso. Con tus manos, recomponiéndome de a poco. Empiezas, cómo no, por los extremos. Con paciencia arreglando cada dedo. Recobrando sus esencias, conjurando su materia.
Me rehaces.