sábado, 23 de abril de 2005

Juventud y nuevas tecnologías

Leo en elblogsalmon un interesante artículo acerca de la juventud y las nuevas tecnologías [1]. Esos dos conceptos son los que más repetí yo en mi etapa en la Junior Empresa. Creo que se están produciendo cambios importantes en la forma de comunicarnos, en la forma de entender el mundo, las distancias desaparecen, la información vuela de un punto a otro del mundo, el papel deja de ser importante, las nuevas tecnologías surgen sin parar, y se generalizan. Ya nadie compra un vídeo VHS, existiendo el DVD (que en breve quedará obsoleto, en cuanto los fabricantes se pongan de acuerdo en la guerra de formatos). El teléfono móvil es ya parte integrante de nuestras vidas. Los mensajes de texto (ideados para que los técnicos se pudiesen comunicar parámetros o ponerse de acuerdo para solucionar problemas) son algo de todos los días. Ya no nos llama la atención que haya anuncios de tonos, politonos y demás variaciones sobre lo mismo.

Nombro sólo las tecnologías del hogar, del día a día. Pero esas y otras muchas más se han colado en la vida del usuario de a pie (de la persona, que los usarios, como la gente, no existen, existen las personas). La infame banda ancha española se abre paso.

Pero todo esto implica algo. Los de mi generación hemos vivido los cambios. Sabemos lo que era un ordenador con menos de un mega de ram, y tantas anécdotas que todos hemos vivido con cuestiones como esa. Mi hermano (con cuatro años) maneja con soltura el ratón, enciende el solo el ordenador, abre la bandeja del DVD y pone un juego, y tiene la paciencia de esperar que se inicie y decirme que espere, "está cargando".

Como bien comentan en el artículo, el correo electrónico, para nosotros no tiene secretos (el tradicional probablemente para muchos sí que los tenga), manejar un ratón o un mando de una vídeoconsola tampoco, configurar un móvil, programar los canales de un televisor, hacer una foto con una cámara digital, compartirla con los amigos. Unos pocos saben usar un CMS para preparar una página web personal. Unos pocos menos son capaces de modificar su código para adaptarlo a sus necesidades.

Hace Cien años no todos sabían leer, y esto les impedía acceder a la cultura, mejorar como personas. Eso (al menos en España) está prácticamente superado, pero surge un nuevo tipo de analfabetismo, el tecnológico, que tiene los mismos efectos. Espero que ese también se acabe eliminando, que se convierta en un derecho más. Estamos a tiempo.

[1] http://www.elblogsalmon.com/archivos/2005/04/23-jovenes-digitales-para-la-nue.php

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