En el taller (y II)
No hace mucho comenté que había llevado el coche al taller. Lo cierto es que el coche me lo dieron bastante rápido, pero no solucionaron el problema por el que lo había llevado. Eso sí, solucionaron otro, que cobraron aparte, pero no el que yo había solicitado.
A pesar de ello me cobraron, y bien cobrado. Imagínense mi decepción cuando vi que la estafa (una vez más) había sido consumada.
Pero a veces uno es afortunado. Y despistado. Al parecer Lanzarote ya no es el pequeño pueblo al que estaba acostumbrado, y han llegado las maravillas del mundo moderno y del progreso a la isla. Contamos en este momento con no uno, sino dos concesionarios de la marca Citröen, con sus correspondientes talleres. Y en uno de ellos sí que trabajan con seriedad.
Al ir a quejarme al primer taller porque no habían solucionado nada y me habían cobrado más de doscientos euros, me dijeron que el problema era la bomba de la suspensión (en mi coche ésta es hidráulica), probablemente la pieza más cara del coche (más de seiscientos euros). En el segundo taller no hizo falta que explicara nada, simplemente solucionaron mi problema, y era un manguito. Un simple tubito! Una reparación de menos de una hora, y de menos de 60 euros.
Da que pensar. Vivo en un sitio relativamente pequeño. Creo que el mercado potencial de compradores de una marca concreta de coches es escaso, y cuando vas a comprar un coche en una isla el servicio técnico es decisivo. Que una compañía permita que haya dos talleres con calidades tan dispares es, cuando menos, curioso, y con más probabilidad, preocupante.
Al menos creo que ya sé a qué taller ir a partir de ahora, no?
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