Hola de nuevo:
Ya lo he comentado anteriormente, pero parece que no mejora. Internet no es un mundo aparte, no está habitado por gente distinta, debe medirse según los mismos baremos que el "mundo real". La última tendencia es la de permitir, en aras de la seguridad, que se intercepten comunicaciones por correo electrónico, mensajería o incluso a través de móviles.
A mí, personalmente, me indigna el que tan siquiera se plantee la posibilidad. A nadie le parece natural que abran su correo en papel, o que nos pongan micrófonos las cafeterías, por si quedamos ahí para planear algo malvado, o que nos pongan cámaras en casa para controlar que no fabriquemos bombas. Curiosamente sí que se acepta con naturalidad (todo por nuestra seguridad) que se pongan cámaras y lo que sea necesario en las calles, para controlarnos, vigilarnos, protegernos. Es la diferenciación entre espacio público y privado, tan en boga en la prensa rosa amarillenta.
Es muy golosa la posibilidad de controlar, de convertirse en dictadura, de imponer por la fuerza la opinión propia. Las más avanzadas democracias del mundo no pueden luchar contra la corrupción, contra los lobbies, los medios de comunicación, el dinero que busca más dinero a cualquier precio. Ni siquiera podemos considerarlas democracias perfectas. En realidad no decidimos todas las cuestiones, sólo las líneas generales, y luego tienen "carta blanca" durante cuatro años. El terrorismo está dando la excusa perfecta para acabar con el último tabú, el de la libertad personal. Ya es normal que nos cacheen en los aeropuertos, que nos graben en las calles, que lean nuestros correos electrónicos, que espíen nuestras llamadas...
Afortunadamente surgen nuevos sistemas para darle la vuelta al asunto. La tecnología nos permite controlar, compartir, informar sin recurrir a los grandes medios, saltándonos y evitando la censura que nos intentan imponer. Los últimos atentados son un gran ejemplo, pero también lo son los grupos de Flickr que publican fotos de porteros apaleando a chicos en las discotecas, etc. La masa, finalmente controlará a las élites. Sólo es cuestión de tiempo. Pero mientras, debemos tener cuidado. No más Guantánamos. No más guerras "preventivas". Y sobre todo, no consideremos normal que nos quiten nuestra privacidad, nuestro derecho a la intimidad, que incluye el que hablemos de cosas ilegales.