viernes, 5 de agosto de 2016

A veces. Siempre.

A veces camino perdido por caminos sin regreso. Me dejo llevar por los meandros de mi ego. A veces las luces ciegan sin remedio las variados recovecos en los que, sin saberlo, escondo los rescoldos de mi fuego. Y a veces juego con letras y palabras, con recuerdos. A veces solamente escribo, o canto, o sueño. O lo intento.

A veces ya no sé ni lo que busco, ni lo que quiero. O lo que sueño.

Sueño.

Incluso a veces, sólo algunas veces, vuelo.

Y rompo ilusiones nunca ansiadas. Y ansío romper con los recuerdos. Y me retiro sin rencor de la ira. Y manejo con firmeza las riendas de mi tiempo. Y decidido y tranquilo vivo el instante actual, el único que es cierto. Y vivo.

Vivo.

No siempre los inicios son esquivos, o complejos. No siempre quiero entender los orígenes del juego. No siempre dudo, o esquivo, o pruebo.

Pero siempre busco  a tu lado un respiro, un momento. El calor, el amor, la sonrisa, la fuerza. Tus besos.

Dicen que el pasado ya fue y el futuro es incierto. Dicen que no debemos dejarnos llevar por el incansable, infinito, torrente del pensamiento; que no hay mayor trampa que la que nos tiende nuestro ego. Dicen que la paz se encuentra en el ahora, en este momento. Puede que sea verdad. Hoy y luego.

Pero siempre a veces...

lunes, 26 de julio de 2010

Hechos

Me deshago de a poco, descomponiendo pacientemente cada una de mis partes. Prefiero empezar por los extremos, la punta de los dedos. Progresivamente, con paciencia, derrito cada falange, evaporando su esencia, dejando que se disuelvan en el aire, hechas efluvio. Con el ritmo marcado dejo que se consuman los brazos y las piernas. En un último esfuerzo dejo que se sublimen pelvis, abdomen y pecho.

Me deshago de a poco, concentrándome calmadamente en el proceso. Disfrutando.

Y luego apareces, como siempre, con una sonrisa y un beso. Con tus manos, recomponiéndome de a poco. Empiezas, cómo no, por los extremos. Con paciencia arreglando cada dedo. Recobrando sus esencias, conjurando su materia.

Me rehaces.

domingo, 24 de enero de 2010

Cuando sopla el viento

Y la puerta se abrió, plena de sensaciones,
de sueños,
de promesas renovadas, rebosante de momentos.

Y el sol entró por ella,
iluminó mi recoveco.

La puerta se abrió, atronadora,
levantando con su viento
cada recuerdo,
cada sentimiento.

Se abrió, avasalladora, desproporcionada,
sin dejar nada quieto,
revolviéndome por dentro,
haciendo que se anuden solos demasiados cabos sueltos.


Cuando menos te lo esperas,
cuando venías de vuelta,
un soplo de viento te saca de la noche,
te despierta.

Tus miembros, perezosos,
extrañados,
dormidos tras tanto tiempo,
luchan y se estiran,
se contraen y se rebelan.
El hormigueo de la anticipación de aquellos huesos.

Cuando menos te lo esperas, la soledad se marcha,
aún sigue al acecho.
Y llega la valentía.
Y presenta armas el miedo.

Si el viento es fuerte,
en ocasiones,
no puede contra él ninguna fuerza,
ni ningún razonamiento.

Si la tormenta es grande,
los truenos te provocan,
te arrastran,
te desgarran por dentro.

Si la lluvia es suficiente,
la noche es oscura
y el sol parece lejos,
los rayos se desatan,
te zarandean,
te presionan,
te alimentan.

Pero es que la puerta se abrió, de golpe, sin miramientos...

lunes, 14 de diciembre de 2009

Suma y sigue (y II)

Un lastre perdido
Y el que aún llevo
Tres puntos suspensivos
Y un amortizado ardor de corazón

Y este adiós
Este hasta luego
Labios compartidos
Medio corazón

Dos o tres ingresos nuevos
Al menos una repatriación
Las ganas que tengo de estar sin ti en este momento
Esta ansia de verte
Mi colchón

Algún desprecio
Este largo invierno entre dos viernes
Ese martes que no entiendo aún por qué llegó
Este día tan largo
Estos recuerdos
Fotos olvidadas, desparramadas...

Este vino de Oporto
Este mal fado
Algo de Lambrusco
(nunca viene mal)
Amigos para siempre, que se fueron
Aquellos extraños besos, que se van

Aquel dolor borrado que vuelve,
como Lázaro, a caminar
Un abrazo, corto,
que aún recuerdo
Esa mirada verde
Este lunar marrón

Estos colores que están ya descoloridos
Algunas noches como aquella
Tantos días como el de hoy
La vez que no te dije lo que me prometí
Las vez que el verbo voló

Demasiado tiempo sin escribir
Un barco de vapor
Muy pocos sueños que se cumplieron
Algunas sorpresas que recordaré
Muchos regalos
Muchos consejos
Algún desvelo
Algún control

Cinco canciones
que desnudan los nortes de mi espíritu
Siete puntos cardinales
Ningún estribillo para tu canción

Una princesa
Una rumba anhelante de paseos
Un anhelo de juegos, de quietud
Cuatro quemaduras,
ya muy adentro
La que me queda a flor de piel
Veintitrés días
Cinco momentos

Tres almacenes llenos de risas
Un carro diario de comprensión
Ciento treinta letanías antes de dormir
Un hueco en mi cama
Una sensación

Ese amanecer que no ha llegado
La copa con la que brindaré
La arena en la playa
La botella en mi mano
Y a un lado...

martes, 1 de diciembre de 2009

De repente

Y hay días que el alma se vuelve efervescente. Toda la intensidad de una vida cabe en cada segundo, y cada pequeño detalle, el aleteo de aquella famosa mariposa afecta a cada mínimo instante de tu, de repente, huracanada existencia.

Y lo que un día diste por sentado se levanta y te da un puñetazo, te revuelve, te ataca, te destroza, te reinventa... Y lo que un día diste por sentado...

domingo, 8 de noviembre de 2009

...




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lunes, 11 de mayo de 2009

Deudas

Y aún me debes un concierto, un café con leche y una lección que me haga disfrutar como un niño...

Saludos de domingo con sabor a dooooooomiiiiiiiingoooooooo...

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