lunes, 30 de octubre de 2006

Estrellas fugaces

A veces uno disfruta del momento, sin pararse a pensar en lo que está pasando, sin pararse suquiera a intentar retener en la memoria todas las cosas que pasan a tu alrededor, sin tratar de atrapar cada detalle para poder rememorarlo luego. Pero hay veces que sí.


Hace muchos años leí un libro, que luego releí muchas veces. El título del libro era "Y decirte alguna estupidez, por ejemplo te quiero". Un libro para adolescentes, sobre adolescentes, que debo reconocer que me gustó mucho. Muchas cosas podría decir de ese libro, y muchas frases que me gustaron mucho. Por ejemplo la primera página, que no tiene desperdicio. O los personajes, especialmente el protagonista.


Pero una de las cosas que más me gusta es una declaración de principios de Sara (la chica de la que el protagonista, Juan, se enamora perdidamente), cuando dice que ella no colecciona sellos, ni bolígrafos; ella colecciona momentos.


Creo que al final es lo que hacemos todos. No entendemos la verdadera importancia del presente, sino que disfrutamos del momento mucho después, cuando lo echamos de menos. Como un repaso de ese viejo álbum de fotos que nunca queremos abrir.


Pero a veces no es así. Y esos son los momentos realmente buenos. Si eres capaz de darte cuenta de que el instante que estás viviendo es digno de ser recordado, atesóralo, disfrútalo... No hay tantos momentos como ese. No hay tantas fotos en el álbum de recuerdos.


Porque aunque haya noches en que uno ve muchas estrellas fugaces, no sabes si volverás a ver otra. Porque cada atardecer sólo tiene sentido en ese momento.


Saludos de lunes con sabor a estrellas fugaces, a noches sin luna, a versos sin nombre, a estupideces que debí decir hace mucho tiempo...

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