miércoles, 29 de junio de 2005

Sucede - Pablo Neruda

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de orígen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimiento ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y de mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
aterido, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas
húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la
ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles
intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y
espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y
ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

2 comentarios:

Meg dijo...

Espero que este poema no refleje tu manera de sentir en estos momentos y que, de hacerlo, olvides el suceso de ser hombre atormentado, te levantes una mañana temprano, antes del amanecer, te acerques a la playa y, desnudo, saludes al sol con los brazos abiertos.

Ya verás que sensación.

Rafael de León dijo...

Estoy hastiado, cansado y rabioso, y ni siquiera tengo tiempo de levantarme temprano y de ir a recibir al sol. Lo más que he podido hacer es aislarme en la música y escribir con rabia. Y ver que otros se han sentido como yo y han continuado.

Como dije antes, no me importa perder las batallas, pero "no quiero para mí tantas desgracias".

Gracias por los ánimos.

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