jueves, 9 de noviembre de 2006

¿Quejas?

Primer fallo en el coche. Se encendió una lucecita el otro día. Lo primero que pensé es que sería el aviso del cambio de aceite. Y es que con los 20.000 km que lleva el coche, sería bastante lógico que fuera así, pero lo cierto es que no es necesario hacer el cambio hasta los 30.000km (es a mí solo, o son un montón de kilómetros sin cambiar el aceite?). Pero no era eso, sino un fallo en el sistema de escape.


Como siempre, cuando algo puede salir mal saldrá mal (Murphy dixit), así que la avería se manifestó un domingo. Cuando por fin conseguí averiguar a qué taller lo tenía que llevar y que no hay que pedir hora, sino ir directamente allí, ya era miércoles. Cosas de la logística.


La primera imagen del taller fue de asombro. Nada que ver con los que estoy acostumbrado. Decoración industrial/minimalista, empleados vestidos con traje de pinzas y corbata, y una elegancia poco acorde con los normalmenente ruidosos y sucios talleres que suelo frecuentar. Una muy buena imagen, desde luego.


El problema (siempre hay un problema) es que toda esa elegancia y comodidad se transforma es estupefacción cuando te dicen que simplemente esperes, que ya te atenderán. Unos sillones comodísimos, una tele enorme (apagada, eso sí) y mucho trasiego de gente que parece no hacer nada concreto. Y esperar.


Como no tienes nada mejor que hacer, observas. Y el ejercicio de observación te lleva a ver que en un momento dado nadie atiende a nadie. Sólo llaman por teléfono e introducen datos en el ordenador. Malpensado que es uno, me acerco de nuevo a la recepcionista, que algo airada me dice que siga esperando, que ya me atenderán.


Hasta que ves que se acerca la hora del cierre, que nadie te hace caso, y que en recepción hay tres empleados charlando animadamente sobre algo que poco tiene que ver con la mecánica. En ese momento el airado era yo, que me acerqué de nuevo a preguntar (ya habían pasado unos buenos 40 minutos), y la recepcionista entre airada/asombrada, me pregunta si aún no me han atendido (estaba sentado justo delante de ella, con lo cual la pregunta era cuando menos curiosa), se lo comenta a uno de los contertulios y éste me atiende en menos de 30 segundos, y revisa mi coche en menos de 5 minutos, para darme cita para más adelante.


En resumen. Me encanta que en las empresas se cuide la imagen, al cliente, etc. Pero quizás sea por mi alma de ingeniero, pero por encima de todo esto debe estar el servicio. Y después el cliente. A nadie le gusta no saber qué pasa, qué turno te toca, que debes hacer. Y a nadie le gusta esperar sin tener ni la menor idea de cuándo te atenderán.


Por cierto, lo que falla es un sensor de temperatura, que espero que cubra la garantía.


Saludos con sabor reivindicativo y quejoso...

No hay comentarios:

Búsqueda en Google

Google