lunes, 30 de enero de 2006

Lunes

Empieza una nueva semana, un poco más movidita que otras porque incluye examen, y más escandalosa que nunca porque empieza con los obreros en casa. Vivo de alquiler, pero eso no le libra a uno de las desventajas del mantenimiento del piso.

La casa en la que vivo no tiene muchos años. Es de hecho uno de los pisos más nuevos de alquiler que he visto desde que me mudé a Las Palmas. Pero ya sea porque parece inevitable o porque se hacen mal las viviendas, al asentarse el edificio han surgido algunas grietas y se han levantado la mayoría de los azulejos de los baños.

Afortunadamente el dueño del piso lo tiene asegurado y el cambio no le costará nada, pero desafortunadamente no hay modo de librarse del ruido y las incomodidades. Y es que los obreros no tienen culpa, pero empezar con el ruido de martillos, taladros y demás elementos poco silenciosos desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde acaba con los nervios de cualquiera.

En la balanza positiva, tengo el primer aprobado del curso: programación avanzada. Parece que el cuatrimestre pinta bien.

Saludos de lunes con sabor a panda, a cenefa y a paletina del siete...

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